Me pregunto entonces, ¿cansados de qué?. Se llevan más o menos 11 ó 12 partidos jugados en 2 meses y los jugadores ya están fatigados. No quiero imaginar qué va a pasar cuando hayan pasado otros 2 meses y se llegue a la "asesina" cantidad de 21 ó 22 partidos en 4 meses.
Yo no soy de esos que mete a todo el plantel en la misma bolsa, hay muchos jugadores que como debe ser, se esfuerzan al máximo, les salgan o no las cosas, entonces no los quiero matar.
Y más que analizar a cada uno del plantel, quiero dejar la opinión sobre el referente del equipo, Darío Rodríguez.
Lo veo falto de velocidad, le cuesta hacer cierres y cuando le toca volver a la hora de un contra golpe rival, se lo ve muy lejos de la jugada. No estoy crucificándolo definitivamente, solo digo que, como posible alternativa para no sacarlo (porque me parece que no debería ser excluido por lo menos por ahora), se podría intentar moverlo a la zona de zagueros.
El problema es que ha pasado que el volante por izquierda muchas veces tiene que correr por el y por Darío; le pasó a Cristóforo algunas veces y ayer también a Albín. Pero para mi, si lo dejamos con la marca como tarea exclusiva, podría irle mejor.
No se olviden, los que ahora lo matan, que hace unos meses ellos mismos lo adulaban casi como que fuera un Dios. Así que por favor, no sean faltos de memoria.
Está claro, lo de esta Libertadores duele. Creo que lo que más "pegó" fue el efecto del resorte: hace un año estábamos allá abajo, volviendo a jugar internacionalmente y siendo una incógnita. Hace un mes, veníamos de eliminar a Caracas y se venía la fase de grupos, teniendo a la gente con mucha confianza de que el sueño de la sexta se podía dar. Ahora, que bajamos otra vez, duele más, porque la ilusión se fue, junto con los 8 puntos que perdimos en 3 partidos.
¿Y cómo no extrañar lo del año pasado en la copa? Cómo no decir "Lo que fue una vez lo quiero siempre"
Porque como todos, muchas de esas cosas que viví, quiero que pasen de nuevo.
El presente nos sitúa en otro lado, pero me hace pensar en qué fue lo que me unió a Peñarol, una mezcla de la energía, de "eso" espectacular que solo se vive en una tribuna carbonera, de la ilusión de ganar, de la onda positiva que baja desde las tribunas. Sentí algo especial, sin comparación, algo demencial...
Y es por eso que me quiero quedar acá, y los invito a que hagan lo mismo. Que vuelvan a soñar y que sepan que la copa se fue, pero que queda el hincha, que es la esencia.
Porque los jugadores se irán...
Pero el sentimiento del hincha siempre estará
0 comentarios:
Publicar un comentario